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Se inaugura el XXX Coloquio Internacional de Historia del Arte en el Palacio de Medicina

Se abordarán temas relacionados con las estéticas del
  des(h)echo.
Homenaje a Jorge Alberto Manrique, iniciador de los coloquios. Culto al des(h)echo en el capitalismo global: Francesco Pellizzi.

 

Por la Redacción
beltmondi@yahoo.com.mx
Indice
• Inauguración
• El Comité de Selección
• Homenaje a Jorge Alberto Manrique
• Conferencia magistral de Francesco Pellizzi

 

 

 

 

Ciudad de México, Centro Histórico, domingo 8 de octubre. Entre los muros de piedra y tezontle de la Antigua Escuela de Medicina se inauguró el XXX Coloquio Internacional de Historia del Arte del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, con el título Estéticas del des(h)echo.
        Una concha de caracol vacía, de la cual surge un mogote de cabellos que dan forma a la silueta de un molusco inexistente sobre un fondo blanco, obra del artista Raúl Juárez, ilustra el cartel del Coloquio diseñado por Ricardo Alvarado.
        El evento académico que cada año reúne a importantes especialistas e historiadores del arte de todo el mundo desde 1975, para intercambiar ideas en torno a la investigación de la teoría y de la historia del arte nacional e internacional, fue oficialmente inaugurado por María Teresa Uriarte, directora del Instituto de Investigaciones Estéticas, y José Narro, director de la Facultad de Medicina de la UNAM.
        En su oportunidad, María Teresa Uriarte explicó que desde la celebración del primer Coloquio, en la ciudad de Zacatecas, “se sentaron las bases de un riguroso trabajo académico, de una selección a fondo de los participantes y de sus ponencias y la invitación a los especialistas más destacados sobre el tema del Coloquio, para dictar las conferencias magistrales”. 
        En su edición número treinta, el Coloquio será dedicado a Jorge Alberto Manrique, Maestro Emérito de la UNAM y Premio Nacional de Ciencias y Artes 2005, historiador del arte y fundador de los coloquios internacionales del IIE. En esta ocasión participarán ponentes extranjeros provenientes de Argentina, Brasil, Finlandia, Estados Unidos e Inglaterra, además de algunos investigadores del IEE y de diversos estados de la República.
        En el auditorio Gustavo Baz Prada del Palacio de Medicina, Francesco Pellizzi, investigador del Museo Peabody de la Universidad de Harvard y miembro del Comité Organizador del Coloquio, dictó la conferencia magistral “Des-hecho y factura”, en la cual reflexionó, desde la perspectiva estética, sobre la continuidad entre hechura y des(h)echo de los arte-factos. Desde el punto de vista del materialismo histórico, Pellizzi criticó al capitalismo global por practicar un “culto al des(h)echo y a la destrucción” y por propiciar un “entretenimiento neomacabro de masas” en la sociedad occidental.
        Frente a la Plaza de Santo Domingo en el Centro Histórico, el edificio que alberga a la Antigua Escuela de Medicina, cuyo patio central se halla en remodelación, se erigió en el recinto idóneo para abordar los trabajos y discusiones en torno a las estéticas del des(h)echo. En palabras de María Teresa Uriarte, el edificio de la Antigua Escuela de Medicina (donde con base en el juramento de Hipócrates se forjaba a los futuros médicos que preservarían a los cuerpos del desecho natural), a su vez antiguo Palacio de la Inquisición (donde se decidía castigar a los cuerpos de los herejes hasta convertirlos en desecho), es parte del título del Coloquio porque es una muestra evidente de la refuncionalización, re-uso y re-hechuraque ha tenido el edificio a lo largo de su historia.
        A la inauguración del XXX Coloquio Internacional de Historia del Arte asistieron investigadores, técnicos académicos y trabajadores administrativos del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, así como becarios, estudiantes de la especialidad en historia del arte y público en general. Durante los tres días que durará el Coloquio, se presentarán en total 24 ponencias distribuidas en las tres mesas de trabajo coordinadas por investigadores del IIE: “El destino de los des(h)echos”, “Des(h)echos” y “La estetización de la destrucción”, las cuales se llevarán a efecto en el auditorio de la Coordinación de Humanidades de la UNAM los días 9, 10 y 11 de octubre, respectivamente. El programa completo del XXX Coloquio Internacional de Historia del Arte puede consultarse en la página electrónica del Instituto de Investigaciones Estéticas: www.esteticas.unam.mx, en el icono-cartel donde se observa el caparazón del caracol.

El Comité de Selección del XXX Coloquio Internacional de Historia del Arte (ir al índice)
Los coloquios internacionales de historia del arte son eventos estrictamente académicos, cuyo objetivo primordial es abrir un espacio para la reflexión y la discusión libres de temas y proyectos de investigación relacionados con la teoría y la historia del arte en México y el mundo. Los temas de los coloquios se eligen con dos años de anticipación y buscan reunir, en el mejor de los casos y por tradición académica, a todas las áreas de investigación en historia del arte: arte prehispánico, novohispano, pintura, escultura, arquitectura, música, danza, teatro, cine, fotografía, arte moderno y contemporáneo. Los temas se discuten de manera colegiada y, en su momento, se realiza una votación entre los miembros de la comunidad académica del Instituto de Investigaciones Estéticas para decidir cuál de los temas propuestos reúne las condiciones para celebrar el coloquio internacional.
        En esta trigésima edición los miembros del Comité de Selección fueron Cuauhtémoc Medina, Jaime Cuadriello, Martha Fernández y Dúrdica Ségota, investigadores del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
        Durante tres días se propondrán lecturas del arte no desde su producción, sino desde su destrucción. El Comité de Selección argumentó, para elegir el tema Estéticas del des(h)echo, que la creación no es la única modalidad de relación con lo estético, sino que se ha desarrollado un fuerte aprecio por lo que se podría llamar lo des-hecho: el gusto por las ruinas, los monumentos y otros restos abandonados de edificios antiguos; pero también por los fragmentos de obras de arte y/o de culto que revelan aspectos de sus hechuras originarias, así como las hechuras y des-hechuras del tiempo. Los seres humanos rendimos culto estético a una diversidad de índices del tiempo como un agente destructor-creativo o un agente inverso.
        En entrevista con Imágenes, el investigador Cuauhtémoc Medina explicó que el tema Estéticas del des(h)echo surgió después de una conversación de él con Francesco Pellizzi al regreso de un Coloquio. El especialista italiano se percató de la homofonía y del juego de palabras existentes entre desecho y des(h)echo. Esa homofonía es en sí misma un efecto estético que opone el sonido al sentido, es decir, la afinidad del sonido implica una cercanía conceptual. Medina consideró que el tema del desecho en el arte no ha sido desechado por los investigadores: “al contrario, existe una creciente preocupación académica por los desperdicios, por la noción de las sustancias corporales, por lo abyecto y por la estetización de lo ruinoso; más bien es un tema que no se ha enfocado todo el tiempo en las discusiones académicas”. 
        ¿Qué ejemplos encuentra en la historia del arte relacionados con el des(h)echo?
        En Argentina existen constantes cuestionamientos acerca del estatuto de la representación del cuerpo destruido. Asimismo investigaciones relacionadas con el uso de elementos de desperdicio en la construcción de altares y objetos de poder e indagaciones sobre la estética de la destrucción en las ciudades contemporáneas. En realidad el catálogo es muy amplio.
        Desde el análisis del arte contemporáneo, ¿cuál sería la corriente artística que más ha apelado a la idea del des(h)echo?
        Sin duda es una característica de la producción contemporánea pero en realidad no se puede especificar en una sola corriente. Sin embargo, existen momentos centrales en la reflexión sobre el tema desde las preguntas de Georges Bataille sobre lo abyecto y la economía del gasto; otro momento muy importante es el linaje posliminal en la obra de Smithson y de Mata Clark; uno más es la preocupación por los elementos corporales y la violencia en grupos como SEMEFO hasta artistas como Diplon. No existe una sola fuente de discusión.
        Martha Fernández también participó en el Comité de Selección del tema del XXX Coloquio Internacional de Historia del Arte. “Resulta un tema interesante en el área del arte virreinal al observar cómo se re-usan algunas imágenes en la misma época.” La investigadora y especialista en arte novohispano explica cómo las piedras de los monumentos prehispánicos fueron utilizadas como cimientos de edificios y, en el siglo XVIII, como piezas decorativas. “Por ejemplo, el Palacio de los condes de Santiago de Calimaya, el actual Museo de la Ciudad de México, tiene en la esquina una cabeza de serpiente que fue encontrada cuando el Palacio estaba reconstruyéndose. Asimismo muchas esculturas que en el siglo XVI o XVII eran santos de devoción, con el tiempo utilizaron el bulto y los convirtieron en santas; o bien, rehicieron el estofado para modernizar las esculturas de alguna manera. En pintura también existen muchos casos de re-uso: se pinta encima o atrás de un lienzo antiguo. En la época virreinal se pintaba a las monjas muertas.
        ¿Qué otras relaciones existen entre el desecho, el deshacer como acción y lo estético?
        En muchas ocasiones se deshace para volver a crear o para recrear algo nuevo. Es decir, crear sobre algo que ya estaba hecho. Forma parte de la historia del arte y de la humanidad.
        ¿Qué otros ejemplos encuentra en la historia del arte entre el des(h)echo y lo estético?
        En el arte contemporáneo es más factible encontrar casos concretos porque forma parte de sus preocupaciones, desde Marcel Duchamp que fue un gran innovador en ese sentido. Desde luego que en la historia de la humanidad existen muchos otros ejemplos. Tal es el caso clarísimo de la mezquita de La Roca en Jerusalén; no se sabe con certeza si fue musulmana o bizantina, pero después la utilizaron los cristianos y le confirieron un significado diferente y permaneció como un símbolo del cristianismo. Posteriormente regresaron los musulmanes y de nuevo adoptó las características de una mezquita, con símbolos y caligrafías que para el Islam son sagradas. Entonces es un re-uso constante del edificio, y puede hablarse incluso de desecho porque por cierto tiempo dejó de ser propiedad de una religión para pertenecer a otra.

Homenaje a Jorge Alberto Manrique (ir al índice)
Durante la trigésima edición del Coloquio Internacional de Historia del Arte se rinde un homenaje a su fundador: Jorge Alberto Manrique, Maestro Emérito de la UNAM y Premio Nacional de Ciencias y Artes 2005 que otorga el gobierno de la República. Entre 1974 y 1980 fue director del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Durante su administración, el Instituto acogió nuevas áreas de investigación como la danza, la cultura popular y la música; asimismo incorporó a jóvenes investigadores. Su notable trayectoria incluye su tutoría en la formación académica de actuales y consagrados investigadores, especialistas e historiadores del arte. Sus cátedras en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM destacan por su acuciosidad y por el establecimiento de reglas precisas para la enseñanza. Fiel a la tradición de los maestros fundadores del Instituto, Francisco de la Maza y Justino Fernández, el maestro Manrique realizó, acompañado de sus discípulos, la visita a los edificios y a los monumentos históricos de México para percatarse in situ de la importancia y de la hechura de las joyas artísticas de nuestro país. De esta manera, inculcó entre sus alumnos el estudio y la defensa del patrimonio artístico del país.
        Por si fuera poco, Jorge Alberto Manrique inició durante su gestión la organización de los ahora imprescindibles coloquios internacionales de historia del arte. En 1975 el Instituto de Investigaciones Estéticas celebraba el cuarenta aniversario de su fundación. El maestro Manrique decidió que la mejor forma de celebrar era mediante un evento estrictamente académico.
        En una entrevista realizada por María Constantino (véase en Archivo de artículos) con motivo de la entrega del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2005, el maestro Manrique explicó el impulso de los jóvenes investigadores por abrir brecha y comparar las investigaciones que venían realizando en México con las de los colegas de otros países, sobre todo de América Latina, “porque compartimos los mismos problemas”.
        “A finales de 1974 fui designado director del Instituto. Me correspondió organizar y realizar el primer Coloquio en la ciudad de Zacatecas (Dicotomía entre arte culto y arte popular), cuyo tema surgió a partir de la XXXIII Bienal de Venecia de 1968. En un principio, a los colegas no les gustó la idea. Además, en realidad nunca habíamos organizado una reunión académica de ese tipo. En ese momento no existían ni el fax ni la computadora. Lo que procedía era hablar por teléfono a los países de Europa y de América Latina. Yo hablo francés, italiano e inglés, lo cual me sirvió para buscar a la gente apropiada. A ciertos especialistas ya los conocía de otros congresos, seminarios y eventos académicos; algunos habían sido mis maestros en París o Roma.”
        En ese lejano año de 1974, cuando surgió la idea de organizar un evento académico que motivara la reflexión de quiénes eran los investigadores del Instituto, la preocupación de Jorge Alberto Manrique era que los temas de los coloquios fueran sencillos e incorporaran a todas las áreas de investigación del Instituto. Otra preocupación fue la calidad de los ponentes y sus trabajos. En los primeros coloquios las ponencias eran extensas y voluminosas. Desde 1975, el IIE publica los resultados de los coloquios.
        La preocupación actual de Jorge Alberto Manrique sigue siendo la de los orígenes de los coloquios: “Lo que ahora me preocupa muchísimo es que sólo acudan investigadores estadounidenses. O europeos. Obviamente hay que corregir eso. Hay que buscar y hacer las invitaciones claras a los historiadores e investigadores de las Américas. La idea fundacional del Coloquio es ¿quiénes somos y qué es América? Hay una extraordinaria investigación en nuestro Continente y es importante relacionarnos con los demás investigadores.”

Conferencia magistral de Francesco Pellizzi (ir al índice)
Dedicada al fallecido artista Julio Galán, la conferencia magistral “Des-hecho y factura”, impartida por el investigador Francesco Pellizzi para inaugurar el XXX Coloquio Internacional de Historia del Arte, inició con la explicación de la raíz etimológica del título del Coloquio: el des(h)echo: “lo que no se utiliza, lo que sobra, lo que se echa a un lado; lo inútil, lo que no tiene función, o lo que cuya función se ha vuelto obsoleta”.
        Analizó la condición de los arte-factos, que son hechos y des(h)echos; y definió al arte como “la conciencia moderna de hacer arte-factos”. Criticó el “panteísmo científico, aparentemente neutro o no comprometido, que acompaña a las inmensas destrucciones artificiales y naturales de nuestra historia”. Aseguró que el capitalismo de mercado, consumo y espectáculo global practica un “culto a la des(h)echura, al derroche y al desperdicio”.
        Francesco Pellizzi es investigador del Museo Peabody y Museos de Arte de la Universidad de Harvard. Ha colaborado desde hace nueve años con el Instituto de Investigaciones Estéticas.
        Pellizzi abordó los múltiples usos y estéticas del des(h)echo, con la letra hache y sin ella, con base en una perspectiva comparativa, desde las culturas arcaicas o tradicionales hasta la actualidad. Aseguró que en las culturas arcaicas no se puede hablar de una auténtica y auto consciente estética del des(h)echo. Sin embargo, admitió que esas culturas han cultivado en varios momentos de su historia la recuperación y el uso adaptado, como el ready made, de los artefactos desechados por su propia cultura o la de otras.
        En el mundo moderno, en cambio, reina la cantidad y la mercancía, como una inversión casi simétrica de las prácticas des(h)echantes en comparación con las culturas tradicionales. En la modernidad existe una tendencia desacralizada hacia el desecho de los arte-factos mecánicamente (o no) reproducidos.
        Pellizzi aseguro que en la civilización occidental la hechura y el desecho coinciden. En el capitalismo global la dimensión destructiva forma parte del proceso mismo de la hechura, porque el reino del des(h)echo ya está instaurado junto con el reino de la cantidad y de la coacción a la novedad.
        “Desde la violencia de Moisés hasta la destrucción de los Budas gigantes de Afganistán y de las Torres Gemelas en Nueva York (sin que aún lleguemos al final de la historia de la destrucción), como casos insignes de la tradición, por un lado, y del modernismo radicalmente comercializado y globalizado, por el otro (acciones antiestéticas para algunos, y con razón), representan resurgimientos iconoclastas que involucran a las tres religiones monoteístas, como una búsqueda de lo antiestético y del des(h)echo.”

 

Inserción en Imágenes: 09.10.06



   
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