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posisciones

Dos obras de la compañía Conny Janssen Danst

Alberto Dallal*
dallal@servidor.unam.mx

 

Troost 2003 (izquierda), Licht 2004 (arriba), Hear me 2006 (abajo)

De las compañías y grupos de danza que recientemente ofrecieron funciones en la Universidad de York durante la reunión de la Alianza Mundial de la Danza (WDA), en Toronto, Canadá, destacó la actuación de la compañía de Conny Janssen Danst de Holanda. Establecida en Rotterdam en 1992 por la propia Janssen y por Win Visser, el conjunto se convirtió rápidamente es uno de las más destacados grupos de danza contemporánea de Europa, principalmente, por su intensidad y tendencia emocional, combinada con la habilidad y el dominio técnicos de sus integrantes. Después de realizar exitosas giras por Estados Unidos y algunos países de Europa, Janssen Danst ha llamado la atención por el dominio de coreografías limpias y expresivas, llevando hasta sus últimas consecuencias espaciales la nitidez de los trazos y evoluciones, movimientos y geometrías escénicas, circunstancias que las tendencias del danza-teatro actuales han tendido a negar paulatinamente en todo el mundo. En Toronto pudimos observar y gozar Perdidos (un dueto), con música de a. o. György Kurtág y Hildegard von Binger. El vocabulario de movimientos de esta pieza nos sorprende porque constituye una vuelta a establecer el justo equilibrio entre la danza pura y la exposición dramática de las relaciones humanas; en las obras de Janssen hay situaciones, imágenes y no anécdotas, aun cuando las secuencias en el escenario nos hace involucrarnos en “episodios” narrativos. Surgen y se desenvuelven aspectos meramente teatrales en los rostros pero sobre todo en los cuerpos de los bailarines. Los espectadores, ante esta muestra del lenguaje corporal que extrae de los propios cuerpos la dosis exacta de dramaticidad, parecen involucrarse y gozar sobre todo la fuerza meramente emocional que queda expuesta mediante los dibujos coreográficos; la danza y sus objetivos brotan del ser interno de cada bailarín. En una danza complementaria denominada Trío pudimos apreciar y completar, entender, ese “estilo Janssen” que sin pretensiones alegóricas nos retrotrae a la plena inspiración coreográfica, manifiesta sin subterfugios en la vivacidad y el entusiasmo con los que los propios bailarines (Kevin Polak, Yanaika Holle, Amina Husberg, Martijn Kappers) disfrutan ante los ojos de un público agradecido. En las dos obras existe dominio y fascinación ante las imágenes trazadas por la coreógrafa y el desarrollo de cada pieza establece un mapa extremadamente limpio de poses, movimientos, actitudes, simbiosis afectivas que culminan en una fuerza histriónica que hace gala de la vigencia, en el ininterrumpido arte de la danza, de las estructuras al mismo tiempo ancestrales y contemporáneas de este arte primigenio. La combinación de modernidad y claridad, nos indica Janssen en estas obras, resulta la base, la fórmula, el apoyo para salvaguardar la trascendencia histórica del arte de la danza a través del tiempo.



   
Instituto de Investigaciones Estéticas
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO