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de archivos


El nacimiento de ¡Que viva México!*

Álvaro Matute **
matute@servidor.unam.mx

Aurelio de los Reyes, El nacimiento de ¡Que viva México!, México, Instituto de Investigaciones Estéticas, 2007, pp. 392.

Aurelio de los Reyes es el académico que incursionó en el interesante terreno de la historia del cine. Muestra de ello es una copiosa bibliografía, inclinada de manera preferente al cine silente, es decir, al origen y primer desarrollo del arte-industria emblemático del siglo XX mexicano. En las diversas ocasiones en que he comentado libros suyos, he insistido en la manera como Aurelio de los Reyes ha conjugado la relación cine-sociedad, es decir, cómo el cine se alimenta de lo que la realidad social le proporciona y cómo el cine influye, a su vez, en la vida social. De hecho, podría decirse que De los Reyes es un historiador social del cine, o un historiador cinematográfico de la sociedad mexicana. En ello estriba su originalidad, que es lo que permite identificarlo como el historiador académico del cine, a diferencia del periodista o crítico devenido en historiador, sin restarle ningún mérito a quienes han optado por hacer historia del cine, independientemente de sus orígenes o preparación. La mirada académica se distingue por salirse de los marcos del cine, por magnificar los contextos. Tal vez en eso consiste ser historiador: en ubicar los temas particulares en la amplitud que proporcionan los entornos. En eso, la obra de Aurelio de los Reyes ha sido ejemplar, y no sólo en lo que respecta a la historia del cine, sino en la de sus propios antecedentes familiares.

            Otra característica de nuestro autor es la obsesividad. Sólo alguien con esa virtud que puede ser defecto, o con ese defecto que puede ser virtud, podría haber emprendido una investigación tan minuciosa y pormenorizada como la que sirve de base al libro El nacimiento de ¡Que viva México!, dedicado justamente a desentrañar los contextos que rodearon el origen de la célebre película inconclusa de Sergei M. Eisentein filmada en nuestro país y que tantas consecuencias tendría en el ulterior desarrollo del cine mexicano. Viajes y archivos dan constancia de ello. Sin conocer el idioma ruso, valido de intérprete, De los Reyes acudió a los archivos en Moscú y también lo hizo en Ottawa, Nueva York y Bloomington, donde vería correspondencia en distintos idiomas. Y a propósito de archivos, antes de entrar en materia, el autor hace partícipes a los lectores de las vicisitudes encontradas en los repositorios visitados, las cuales podrían haber hecho que los interesados desistieran de seguir adelante. No así el autor, quien perseveró hasta encontrar lo buscado, o casi todo lo que le iluminara acerca de la trayectoria del célebre cineasta ruso y la circunstancia que lo trajo a estas latitudes mexicanas a filmar, con su equipo de colaboradores, Tissé y Alexandrov.

            Con una información vasta y minuciosa, De los Reyes nos ubica en el Hollywood muy anterior al senador McCarthy, pero que ya anuncia a Hays, el del código moralizante. Si bien el famoso red scare ya está ahí, el momento es el del impacto de la crisis del 29, precedida del juicio a Sacco y Vanzetti, quienes propiciaron una interesante efervescencia izquierdista. Personaje central será el novelista Upton Sinclair, muy celebrado por la izquierda pese a ser una figura más bien mediocre en la narrativa. Como todo el mundo sabe, Eisenstein viajó a Estados Unidos a filmar una historia suya, pero los productores recularon y no hubo tal. Aurelio de los Reyes nos permite recorrer y asomarnos muy de cerca a las entretelas de lo que sucedía alrededor y revivir las relaciones del autor de El acorazado Potemkin con figuras como Flaherty y Charles Chaplin.
            De la mayor importancia –historiador al fin– es la pesquisa de las fuentes en las que nutrió Sergei Eisenstein su conocimiento de México y que van desde lecturas de Jack London –El mexicano– hasta el contacto personal con Diego Rivera, el infaltable Diego, y que culminan con el famoso libro de Anita Brenner, Ídolos detrás de los altares, que fue el que le proporcionó acaso mayor sustancia. La lista no es tan pequeña. De los Reyes rastrea, otra vez acudo al vocablo, de manera obsesiva, todo cuanto encontró que evidenciara lecturas de Sergei Eisenstein acerca de México en revistas, reportajes, referencias. Menciono las más evidentes, pero De los Reyes es más exhaustivo y siempre trata de ir hasta las últimas consecuencias.

            El nacimiento de ¡Que viva México también pudo haberse titulado Pequeño tratado acerca de la miseria humana. Digo esto no sólo por las ya referidas vicisitudes del autor en archivos y bibliotecas, sino por las que rodearon a Eisenstein en su paso por Estados Unidos. Por una parte, atraen al cineasta más prestigiado del momento; por otro lado, recelan de su ideología, pero no sólo eso: recelan también acerca de si los proyectos que se ventilaban redituarían o no, y al convencerse de esto, tras especular sobre la salida de Eisenstein de Japón, deciden que no habría ninguna película de él filmada en Hollywood.
            Un interesante paréntesis estético es el que dedica Aurelio de los Reyes a los contactos entre el ruso y Robert Flaherty, el gran documentalista. Sin duda, dicho contacto, y el interés de Eisenstein en los trabajos de su colega con esquimales y polinesios, le dio elementos para el desarrollo de lo que filmaría en México.
Un contraste interesante es el bagaje mexicanista del ruso y su primer contacto con el país que tuvo lugar en la Tijuana del tiempo de la prohibición. Si ahí no se le cayó la idea de México que se había ido formando, ya no habría nada que impidiera que meses más adelante realizara una propuesta cinematográfica que lamentablemente no concluyó.
            Tras pasar revista al interesante mundo de las fuentes que nutrieron al cineasta acerca de México, el autor ofrece pormenores de su ingreso al país y de los recorridos hechos por él en compañía de quienes se le acercaron por afinidades estéticas, ideológicas o por mandato policíaco. De todo ello quedó testimonio; lo que no quedó es evidencia que no haya observado Aurelio de los Reyes. Con todo ello, la reconstrucción emprendida por él sienta unas bases muy sólidas para saber cómo se gestó la gran película inconclusa que tiene a nuestro país como tema, con sus aspectos típicos y estereotípicos, comunicados a través de imágenes cuya fuerza da muestra de la grandeza cinematográfica de su creador y de sus extraordinarios colaboradores.

Al mejor cazador se la va la liebre. Sin duda, Aurelio de los Reyes es el mejor iconólogo de muchas leguas a la redonda. Y en la primera imagen hace referencia a la Pirámide del Adivino como de Chichén Itzá y no de Uxmal. Y otro detalle. En un pasaje hace referencia a los versos que le compusieron a Maximiliano antes de emprender su aventura –fatal– mexicana: Maximiliano, non te fidare / torna al castello di Miramare / Che il trono fracido de Montezuma / é Napo gallito pieno di spuma. Según recuerdo, no sé si vía Carlos Pereyra, Justo Sierra o Martín Quitarte, sabía que su autor era Giosue Carducci.
            Concluyo con una anécdota del autor. Cuando éramos estudiantes, don Juan Ortega y Medina nos dejó como examen hacer una glosa del discurso de Schiller sobre la filosofía de la historia. Tras escribir varias hojas, Aurelio de los Reyes concluyó escribiendo: “Y me agoté”. Ahora yo digo lo mismo: “me agoté”. Bienvenido este nuevo libro sobre el gran maestro de la cinematografía mundial que el 11 de febrero de 2008 cumple sesenta años de haber fallecido.

 

¡Que viva México!

Índice del libro El nacimiento de ¡Que viva México!
Introducción

“…My loved Mexico…”
“…el país se me presentó con todas sus contradicciones…” / El tema, México / “…fue esto, el Día de Muertos…” / Recuerdos y notas

“Una frenética combinación de circunstancias”
Rumbo a los Estados Unidos / Eisenstein y la prensa / Hollywood y la vanguardia / Eisenstein, curiosidad insaciable / Llegada a Hollywood / “No hará falta ningún Sansón…” / Encunado-desencuentro con México / Los fascistas versus Eisenstein / Una tragedia americana / Fin del contrato con Paramount / Rumbo a Japón

¡Que viva México!
“Relieve me, Once in a lifetime / México, otra vez en el camino / Decide hacer la película / Eisenstein y Flaherty / Mediación de Chaplin / Eisenstein y Upton Sinclair / Crónica de una visa / Eisenstein y Diego Rivera / El gran negocio / La visa mexicana / “There is one embarrassing matter…” / Los primeros gastos / The Mexican Picture / Eisenstein y Maximiliano de Hamburgo (presentimientos) / Rumbo a México

¿Qué sabía de aquel remoto país?
Primera etapa de acercamiento al tema / Revisión historiográfica / Marie Seton / Geduld y Gottesman / Yon Barna / Inga Karentnikova / Eduardo de la Vega Alfaro / Conclusiones / Fuentes indirectas / Las revistas alemanas / Arbeiter Illustrierte Zeitung / Kölnische Illustrierte Zeitung / México y Alemania / Doctor Alphons Goldschmidt / Hugo Veme / México y Rusia / Segunda etapa de acercamiento al tema / Lecturas / Mexican Folkways / Idols Behind Altars / Edward Weston / Tina Modotti / Otros libros / Idols Behind Altars, un libro para el camino / Más libros

Bienvenido al paraíso
Inicio de la película / Infierno en el paraíso / En la cárcel / La miel se fue de la luna / La censura / Pese a todo, el paraíso

El argumento de la película
El borrador / Miguel Covarrubias / Orozco y Soldadera / José Guadalupe Posada / Encuentro con los toros / Primer tratamiento / Un terremoto en Oaxaca / Tehuantepec / Segundo tratamiento / Tercer tratamiento / Una relación de mutua admiración: Eisenstein y Orozco / “En algún lugar de los Campos Elíseos del éxtasis / Los Ángeles / Nueva York / México / Nos encontramos / Cuarto tratamiento / Quinto tratamiento

Técnica y título
¿Una película de color, y no en color? / Una película sincronizada / ¿Cómo se llamará la criatura? / a. Hemerografía contemporánea / b. Diversos autores / The Mexican Picture / c. Documentos generados por Eisenstein / ¡Viva México! / ¡Que viva México!

Epílogo
Todo por un papel

Apéndice
El archivo de Eisenstein

Bibliohemerografía
Archivos / Periódicos / Revistas / Filmografías / Otras películas / Videos / Bibliografía

Abreviaturas

¡Que viva México!

Para ver un fragmento de la película ¡Que viva México! de Serguei Eisenstein hacer click en la siguiente dirección electrónica:
http://www.quevivamexico.com/clip.htm.

 

 

 

 

* Texto leído durante la presentación del libro El nacimiento de ¡Que viva México! de Aurelio de los Reyes el 11 de febrero de 2008 en la Cineteca Nacional. Agradecemos al autor su autorización para reproducirlo.

** Álvaro Matute es investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM. Es autor, entre otras publicaciones, de Aproximaciones a la historiografía de la Revolución Mexicana (UNAM-IIH, 2005), además de innumerables artículos de investigación especializada.


Inserción en Imágenes: 22.02.08
Fotos de portal: Sergei Eisenstein.



   
Instituto de Investigaciones Estéticas
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO