Buen ingenio y grande habilidad de los indios
Fray Toribio de Benavente Motolinía
A 450 años de haberse escrito
este libro acerca de los habitantes originarios de nuestro
país, nos permite percatarnos de las enormes habilidades
que poseen los indios, las cuales conservan, sin lugar a
dudas, hasta el día de hoy. Ahora que se dialoga y
hasta se polemiza acerca de los grupos étnicos que
han conservado, no sólo sus habilidades, sino sus
posibilidades de conocimiento y de organización, por
lo menos durante el mismo lapso, justo es que comencemos
a indagar a fondo qué tantas de sus aptitudes y proezas
hemos heredado y aplicado hasta el presente. Toda cultura
es, antes que nada, un conjunto de elementos que se hallan
vivos y vigentes, el cual indica capacidades de resistencia
que debemos admitir sin ambages y con el reconocimiento
que otorga todo intercambio fructífero.
La redacción
Fray Toribio de Benavente
o Motolinía , Historia de los indios
de la Nueva españa, Barcelona, Herederos de Juan
Gili Editores, 1914, pp. 213-215.
Capítulo duodécimo
Que cuenta del buen ingenio y grande
habilidad que tienen los Indios en aprender todo cuanto
les enseñan; y todo lo que ven con los ojos lo
hacen en breve tiempo.
El que enseña al hombre la ciencia, ese mismo
proveyó y dió a estos Indios naturales grande
ingenio y habilidad para aprender todas las ciencias, artes
y oficios que les han enseñado, porque con todos han
salido en tan breve tiempo, que en viendo los oficios que
en Castilla están muchos años en los deprender,
acá en solo mirarlos y verlos hacer, han quedado muchos
maestros. Tienen el entendimiento vivo, recogido y sosegado,
no orgulloso y derramado como tras naciones.
Deprendieron
a leer brevemente así en romance como en latín,
y de tirado y letra de mano. Apenas hay carta en su lengua
de muchas que unos a otros se escriben, que como los mensajeros
son baratos, andan bien apenas;todos las saben leer, hasta
los que ha poco que se comenzaron a enseñar.
Escribir
se enseñaron en breve tiempo, porque en pocos días
que escriben luego contrahacen las materia que les dan sus
maestros, y si el maestro les muda otra forma de escribir,
como es cosa muy común que diversos hombres hacen
diversas formas de letras, luego ellos también mudan
la letra y la hacen de la forma que les da su maestro.
En
el segundo año que les comenzamos a enseñar
dieron a un muchacho de Tetzcoco por muestra una bula, y
sacóla tan al natural, que la letra que hizo parecía
el mismo molde, porque el primer renglón era de letra
grande, y abajo sacó la firma ni más ni menos,
y un Jesús con una imagen de Nuestra Señora,
todo tan al propio, que parecía no haber diferencia
del molde a la otra letra; y por cosa notable y primera la
llevó un Español a Castilla. Letras grandes
y griegas, pautar y apuntar, así canto llano como
canto de òrgano, hacen muy literalmente, y han hecho
muchos libros de ello, y también han aprendido a encuadernar
e iluminar, alguno de ellos muy bien, y han sacado imagen
de planchas de bien perfectas figuras, tanto que se maravillan
cuantos las ven, porque de la primera vez la hacen perfecta,
de las cuales tengo yo bien primas muestras.el tercero año
les impusimos en el canto, y algunos se reían y burlaban
de ello, así porque parecían desentonados,
como porque parecían tener flacas voces; y en la verdad
no las tienen tan recias ni tan suaves como los Españoles,
y creo que lo causa andar descalzos y mal arropados los pechos,
y ser las comidas tan pobres; pero como hay muchos en que
escoger, siempre hay razonables capillas. Fué muy
de ver el primero que las comenzó a enseñar
el canto: era un fraile viejo y apenas sabía ninguna
cosa de la lengua de los Indios, sino la nuestra castellana,
y hablaba tan en forma y en seso con los muchachos como si
fuera con cuerdos Españoles; los que lo oíamos
no nos podíamos valer de risa, y los muchachos la
boca abierta oyéndole muy atentos ver qué quería
decir. Fué cosa de maravilla, que aunque al principio
ninguna cosa entendían, ni el viejo tenía intérprete,
en poco tiempo le entendieron y aprendieron el canto de tal
manera, que ahora hay muchos de ellos tan diestros que rigen
capillas; y como son de vivo ingenio y gran memoria, lo más
de lo que cantan saben de coro, tanto, que si estando cantando
se revuelven las hojas o se cae el libro, no por eso dejan
de cantar, sin errar un punto; y si ponen el libro en una
mesa tan bien cantan los que están al revés
y a los lados como los que están delante. Un Indio
de estos cantores, vecino de Tlaxcallan, ha compuesto una
misa entera, apuntada por puro ingenio, aprobada por buenos
cantores de Castilla que la han visto. En lugar de órganos
tienen música de flautas concertadas, que parecen
propiamente órganos de palo, porque son muchas flautas.
Esta música enseñaron a los Indios unos ministriles
que vinieron de España; y como acá no hubiese
quien a todos juntos los recibiese y diese de comer, rogámosles
que se repartiesen por los pueblos de los Indios, y que les
esnseñasen pagándoselo, y así lo enseñaron.
Hacen también chirimías, aunque no las saben
dar el tono que han de tener.
Un
mancebo Indio que tañía flauta enseñó a
tañer a otros Indios en Tehuacán, y en un mes
todos supieron oficiar una misa y vísperas, himnos,
y Magnificat, y motetes; y en medio año
estaban muy gentiles tañedores. Aquí en Taxcallan
estaba un Español que tañía rabel, y
un Indio hizo otro rabel, y le rogó al español
que le enseñase, el cual le dió solas tres
lecciones, en las cuales deprendió todo lo que el
español sabía; y antes que pasasen diez días
tañía con el rabel entre las flautas, y diz
cantaba sobre todas ellas. Ahora he sabido que en México
hay maestro que tañe vihuela de arco, y tiene ya hechas
todas cuatro voces; yo creo que antes del añosabrán
tanto los Indios como su maestro, o ellos podrán poco.
Hasta
comenzarles a enseñar latín o gramática
hubo muchos pareceres, así entre los frailes como
de otras personas, y cierto se les ha enseñado con
harta dificultad, mas con haber salido muy bien con ello
se da el trabajo por bien empleado, porque hay muchos de
ellos buenos gramáticos, y que componen oraciones
largas y bien autorizadas, y versos exámetros y pentámetros,
y lo que en más se debe tener es el recogimiento de
los estudiantes, que es como de novicios frailes, y esto
con poco trabajo de su maestro; porque estos estudiantes
y colegiales tienen su colegio bien ordenado, adonde a solos
ellosse enseña; porque después que vieron que
aprovechaban en el estudio, pasaron los del barrio de San
Francisco de México al otro barrio que se llama Santiago
de Tlatílolco, adonde ahora están con dos frailes
que los enseñan, y con un bachiller indio que les
lee gramática.
Una
muy buena cosa aconteció a un clérigo recién
venido de Castilla, que no podía creer que los Indios
sabían la doctrina cristiana, ni Pater Noster, ni Credo bien
dicho; y como otros Españoles les dijesen que sí, él
todavía incrédulo; y a esta sazón habían
salido los estudiantes del colegio, y el clérigo pensando
que eran de los otros Indios, preguntó a uno si sabía
el Pater Noster y dijo que sí, e hízosele
decir, y después hízole decir el Credo, y
díjole bien; y el clérigo acusóle una
palabra que el Indio bien decía, y como el indio se
afirmase en que decía bien, y el clérigo que
no, tuvo el estudiante necesidad de probar cómo decía
bien, y preguntóle hablando en latín: Reverende
Pater, cujus casus est ? Entonces cómo el clérigo
no supiera gramática, quedó confuso y atajado. |