Cabeza Bolet’n Informativo IMçGENES IIE boton-dearchivo
boton-dearchivo
boton-dearchivo
boton-dearchivo
boton-dearchivo
boton-dearchivo
boton-dearchivo
boton-dearchivo
boton-inicio boton-directorio menu-boletin boton-archivo boton-regresar boton-instituto boton-unam boton-contacto
 
de archivos


Espacio y movimiento. Fotografías de Julieta Cervantes

 

Deborah Dorotinsky*
deborahd@musicfrontiers.com

Sin duda la fotografía y el video son los medios privilegiados para documentar y comunicar los trabajos de otras artes como la arquitectura, el teatro y la danza.   Si bien en estas últimas la imagen fotográfica sustrae diminutos fragmentos de un tiempo que fluye y nos deja sordos frente a la dimensión sonora del acontecimiento, aplicada a las artes escénicas la fotografía rescata pequeños momentos que puntualizan los movimientos del cuerpo y su relación con el espacio.

Julieta Cervantes aplica a la danza el punctum barthiano: nos entrega en sus fotografías esos pedazos que hieren, que atraen, que cautivan de entre todo un repertorio de movimientos, cuerpos entrelazados y espacios iluminados. Quizá la característica más notable de sus imágenes de danza sea la manera tan equilibrada en la que logra combinar los cuerpos de los bailarines con el entorno en el cual transitan, palpitan, se contorsionan o languidecen.

Hay en sus composiciones una fuerte tendencia formalista, sobre todo en las fotografías en blanco y negro. Aprovecha los mínimos detalles de iluminación para marcar claroscuros que acentúan el carácter corpóreo de la danza: músculos que se tensan o relajan, abdómenes que se contraen, figuras que, suspendidas de cuerdas, parecieran flotar.   Allí se encuentran los instantes estáticos de reposo y pausa, como los paréntesis de silencio en una pieza musical.  

Julieta cambia su cámara de posición: mira de frente y nivela el horizonte del escenario con el de su aparato, inclina el ángulo a un costado y el escenario se resbala en contrapunto con la posición de los bailarines. También se aproxima y revela la tensión de los rostros causada por el esfuerzo físico. Julieta no siempre mira de frente al escenario, se escabulle tras bambalinas y desde la tramoya y los espacios laterales logra captar escenas que el público no puede apreciar; intercala equipo, cables y lámparas de iluminación en primer plano con los cuerpos que se desplazan, dejando en la imagen el halo de su paso.   Aquí las imágenes se tornan más dramáticas: respiran, incitan al movimiento.

Resulta difícil dilucidar qué de la danza atrae más a Julieta, si el movimiento o el escenario, ya que éste juega un papel casi protagónico en buena parte de su producción. Quizá se deba a su formación de arquitecta en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de las Américas, en Puebla.   Su mirada fotográfica sobre la danza está marcada por una peculiar perspectiva arquitectónica del espacio escénico. Aunque también su participación como bailarina en la compañía de la UDLA, así como en dos grupos independientes, podrían explicar por qué al cambiar de medio de expresión el ojo de Julieta sigue persiguiendo la relación del cuerpo con el espacio donde éste actúa, hace piruetas, se desliza y, finalmente, se congela. Ya desde su época de estudiante, Julieta recuerda que siempre dedicó "más tiempo a la creación de un concepto y de esquemas compositivos que a definir la estructura y detalles de la construcción", siguiendo las ideas sugeridas por su lectura de la teoría de movimiento de Rodolf von Laban, "que tiene que ver mucho con relaciones del cuerpo con el espacio". Ahora estos esquemas compositivos se manifiestan plenamente en las fotografías, en particular en algunas de las imágenes tomadas en formato panorámico.

Con respecto a la tecnología a la que recurre la fotógrafa, ella misma explica:

Empecé tomando fotos con una cámara de 35mm (Nikon FE). Armé un portafolio escaneando negativos o impresiones, es uno de los libros que tú tienes ( If I can't dance ...).
Después, cuando empecé a hacer las fotos para periódicos, tuve que usar una cámara digital (Canon 10D) porque tengo que mandar las fotos rápido; pero sigo llevando mi otra cámara con rollos blanco y negro y trato de seguir tomando fotos con ella cuando es una función interesante. En el libro del Nederlands Dans Theatre algunas son digitales (las de color) y otras con película en blanco y negro. De repente uso una cámara panorámica, cuando el espacio se presta.

Precisamente en el formato panorámico Julieta logra capturar de forma más integral el trabajo de danza de una compañía, cuando la mayor parte del elenco se encuentra sobre el escenario, repartido en la amplitud que el formato le permite. También en ese espacio nos permite apreciar el fragmento temporal de una escena completa, tal cual puede verla el público, ya sea desde la galería o un primer piso, como en el caso de la imagen en blanco y negro que inaugura uno de sus dos libros de autor, Nederlands Dans Theater (2004). En esa serie a color y en blanco y negro, Julieta articula fotográficamente el papel que corresponde al montaje de diferentes estructuras armadas: paredes de espejos, de lona o de maderas verticales, tapetes persas colgantes y superpuestos, hileras de sillas como creadores de un ambiente donde la danza, y por ende los cuerpos que la ejecutan, puede desenvolverse. Es justamente "cuando el espacio se presta" cuando Julieta, cámara al ojo o en mano, se apresta a robarle instantes al tiempo y depositarlos congelados y con respiros de movimiento en la suaves transparencias de brazos, piernas y torsos. Nuestra mirada se detiene sobre sus superficies y en nuestro interior tenemos la certeza de que algo respira en sus profundidades.

*La doctora Deborah Dorotinsky es investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Es coautora del libro Múltiples matices de la imagen: historia, arte, percepción (2003), y del libro La colección de pintura del Banco Nacional de México. Catálogo siglo XIX.



   
Instituto de Investigaciones Estéticas
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO